Rescatando la voz de los niños y las niñas en la escuela: una oportunidad en la construcción de ciudadanía. Secuencia didáctica (SD)

“El ejercicio pleno de la vida social implica el dominio de las formas del discurso oral. Los niños deben estar en condiciones de hablar en contextos diversos, deben poder emplear formas discursivas particulares en atención a propósitos específicos”
Mauricio Pérez.


A propósito de que circunstancialmente nos encontramos en los grados jardín, transición, primero y segundo, con el fin de llevar a cabo una Secuencia didáctica, cuyo objetivo giraría en torno a la competencia oral y a la escrita, es pertinente en este momento detenernos a analizar los resultados de cara a estos aspectos, con la posibilidad de poder aprovechar los resultados que emergen de una situación poblacional enmarcada en lo que ahora se llama “ciclo inicial”.

La Secuencia Didáctica (SD) planteó como propósito comunicativo central, que los niños y las niñas se descubrieran como artistas y expositores de obras de arte producidas por ellos mismos en el marco de la creación de una galería de arte “Un museo a viva voz en la escuela” ante la comunidad educativa.

Para abordar el aspecto de la oralidad, objetivo de la SD, nos remitimos a teorías de la comunicación y a modelos de la misma para tratar de analizar las situaciones de oralidad que se vivieron en el transcurso de nuestra secuencia. De esta forma, nos remontamos al modelo de comunicación básico que todos recordamos y que nos fue enseñado en nuestra primaria “emisor, receptor y mensaje”, y luego vislumbraremos nuestra secuencia bajo éste esquema.

En 1948 Shannon, planteó su teoría bajo la premisa de que la comunicación es un “proceso de transferencia de información” proporcionando nuevas dimensiones a la construcción de un modelo de comunicación humana.

El modelo de Shannon se representa por un esquema compuesto por cinco elementos: una fuente, un receptor, un canal, un código, un mensaje.

a) La fuente: lo que conocemos como el emisor inicial en el proceso de comunicación. En nuestra SD y en el desarrollo de cada una de las fases, múltiples son los protagonistas de este papel. Inicialmente es el mismo Anthony Browne a través de su personaje Willy quien a través de la imagen y la palabra llega a los niños, niñas y a nosotras mismas con el propósito de “entablar una comunicación” paralela; y posteriormente son los niños, niñas, docentes, padres, los que quieren aportar en este diálogo comunicativo emitiendo sus apreciaciones y conceptos.

b) El receptor: quien recibe el mensaje, la postura atenta de niños, niñas, profesores, padres ante los innumerables detalles que transmitían mensaje en cada una de las pinturas; el derroche de creatividad con mensaje de cada una de las producciones de los niños vistas en su proceso de creación, producción y exposición.

c) El canal: el medio físico por el que se transmite el mensaje, que en gran medida e importancia se le otorga en nuestra SD a la tecnología a través de los recursos que utilizamos, y en otra medida a la voz como medio directo de comunicación de emisores y receptores.

d) El código: es la forma que toma la información cuando se intercambia el mensaje entre el emisor y el receptor y que en nuestra SD se podría denominar en una sola palabra, arte. El arte hecho creación pictórica, icónica, escrita, hablada.

e) El mensaje: es lo que se quiere transmitir, de nuevo “arte” como movilizador de comunicación, de representación y de creación.

Sea cual sea la situación de comunicación bajo uno u otro esquema de análisis, nos llevan al mismo objetivo y es el de posicionar la oralidad en la escuela en aras de desarrollarla como una competencia comunicativa que garantice y enriquezca los procesos comunicativos a presente y a futuro. Entendiéndola como un aspecto innato y en continuo desarrollo en la vida de cualquier ser humano, la oralidad, incide no solo en la construcción de conocimientos, sino, en la construcción de ciudadanía e identidad, “… el ingreso a la lengua oral es una condición de construcción de la identidad del sujeto y de identidad con la lengua. Suele decirse que la lengua oral se construye una primera patria. El acceso adecuado a la lengua oral favorece la construcción de la identidad y el sentimiento de colectividad (pertenencia a un grupo)…”. (Pérez, 2.006).

Más allá de ser una capacidad de los seres humanos casi que irreflexiva con el fin de sobrevivir y hacerse entender, la escuela y las prácticas de oralidad dentro de ella, nos deben llevar a preparar al interlocutor a desenvolverse verbalmente en diferentes contextos, dependiendo de la situación comunicativa, a asumir una postura consciente de saber informar, saber expresar, saber argumentar, saber persuadir, saber actuar en la escuela misma, en su casa, en su futuro personal y profesional. Estamos hablando con esto de una pedagogía de la lengua oral que se ponga a la par de la didáctica de la pedagogía escrita a la que tanta atención presta nuestra práctica docente.

El lenguaje oral es un medio por el cual se construye el respeto por el otro y el reconocimiento de las condiciones de la comunicación y la construcción de una voz dentro del grupo social, que está inmerso y trasciende el ámbito escolar. Dentro de la propuesta y del desarrollo de la SD, la importancia del lenguaje oral en las relaciones sociales toma sentido en las formas de participación y los primeros acercamientos a ciudadanía y democracia que se gestan desde los primeros grados, como responsabilidad de la escuela, ejemplo de esto son las diferentes actividades que se llevaron a cabo durante la implementación de la SD, entre otras están: los ejercicios de participación en el aula, las exposiciones, los debates, las mesas redondas y actividades de votación para la selección de las obras de arte que son objeto de comparación entre la realidad y la fantasía. “Esto implica trabajar para que cada niño tenga una voz y pueda usarla con seguridad para expresar sus sentimientos y pensamientos. Implica también un trabajo de reconocimiento de las situaciones de uso de la lengua oral, así como el avance en el dominio de las características de esa lengua” (Pérez, 2.006).

El siguiente es un ejemplo del proceso de votación: http://www.youtube.com/watch?v=8LgXY3XoYLM


Una práctica de votación escolar: hablar para decidir


Como resultado del ejercicio de democracia ejecutado frente a la elección de imágenes, actividad propuesta con el fin de seleccionar las pinturas que son motivo de interés del colectivo de cada uno de los grupos a partir del referente textual “Las pinturas de Willy” de Anthony Browne y cuya metodología fue una votación a través de un tarjetón elaborado en la guía No. 4 encontramos que:





En el grado jardín los niños y las niñas realizaron su votación manifestando su interés por la pintura “Mi mejor castillo de arena” y “Un día extraño”; el grado transición y primero coinciden en la selección de “Mi mejor castillo de arena” y “Puntos y más puntos”. Mientras tanto el grado segundo se inclinó por “Sueño mañanero” y “Sonrisa misteriosa”. Esta situación valida los ejercicios de política que se pretenden vivir en el diario de nuestro país, los cuales reflejan la multiplicidad de voces que “pretenden” construir comunidad; al interior del aula se hace importante generar estos primeros ejercicios democráticos en los que confluyen las apreciaciones de los niños y las niñas, máximos ciudadanos de nuestra escuela-país, de una manera idónea, libre y espontánea, y no necesariamente coaccionados por el docente como en diferentes situaciones se aprecia.


La SD, nos permite observar particularmente en la sesión 5 y 6 (análisis oral de las obras de arte) que se demarcan aspectos relevantes que le permiten al estudiante dar su punto de vista frente a la elección que desarrolló. Es decir, la toma de la palabra en los estudiantes es la manifestación de algo privado en un espacio público, que surge de él y trae implicaciones colectivas “… el acto concreto de votar implica leer textos, identificar y seleccionar información, decodificar la lógica de ciertos formatos que son tipos particulares de texto.” (Pérez, 2.006).



Favorecer el aprendizaje de la lengua oral desde las demandas y necesidades de aprendizaje de los niños y las niñas, en aras de profundizar y complejizar el aprendizaje de la oralidad desde el grado jardín hasta segundo, supone que al finalizar la secuencia se evidencien las complejidades y características propias de cada grado.